Enigma en la localidad alicantina de una famosa serie de televisión española.


En la enigmática localidad de Alfaz del Pi se llevó a cabo la filmación del episodio final de la tercera temporada, que lleva por título "Un descanso inesperado". La Clínica Torres de San Luis fue el escenario elegido para dar vida a esta historia, un lugar marcado por la misteriosa desaparición de Gloria Martínez hace más de una década. La atmósfera del lugar, rodeada de antiguos árboles frondosos y bañada por la luz del sol filtrándose entre las hojas, creaba un ambiente inquietante y lleno de susurros del pasado. Los pasillos de la clínica resonaban con ecos de recuerdos perdidos y secretos enterrados, añadiendo un toque de intriga a cada escena grabada. El equipo de producción se esforzaba por capturar la esencia de aquel lugar misterioso, aprovechando cada rincón y cada sombra para transmitir la sensación de que el pasado y el presente se entrelazaban de forma sutil pero intensa. Cada toma estaba cuidadosamente planificada para captar la esencia de la historia y mantener en vilo a la audiencia hasta el último instante. Los actores, inmersos en sus personajes, se dejaban llevar por la magia del lugar, sintiendo en cada fibra de su ser la presencia de aquellos que habían habitado la clínica en tiempos pasados. Sus interpretaciones cobraban una intensidad especial, como si estuvieran siendo guiados por una fuerza invisible que los impulsaba a adentrarse en lo desconocido. Al finalizar la grabación, el silencio se apoderaba de la clínica, como si el lugar mismo estuviera procesando las emociones y los recuerdos que habían sido revividos durante aquel intenso día de rodaje. Y mientras el equipo recogía sus pertenencias y se disponía a abandonar el escenario, una sensación de inquietud parecía flotar en el aire, como si la historia de Gloria Martínez aún tuviera mucho por revelar.

En la ciudad de Desengaño 21, los vecinos vivían historias que trascendían los límites de su icónico edificio. Una de las más recordadas fue cuando decidieron tomar unas vacaciones en un complejo de bungalows en Benidorm, lejos de su rutina habitual. Lo que muchos espectadores desconocen es que aquella locación esconde una historia mucho más sombría que la ficción que en ella se ha representado. En el episodio titulado "Érase unas vacaciones", los habitantes de Desengaño 21 se embarcan en una aventura veraniega gracias a la invitación del padre de Lucía. Sin embargo, el resort donde se filmó este capítulo especial es, en realidad, el escenario de una de las desapariciones más enigmáticas de España. Un tobogán azul en medio de una piscina es la pista que conecta ambos mundos, revelando que la Clínica Torres de San Luis de Alfaz del Pi fue el lugar donde se grabaron estas escenas. Antes de que las cámaras de Aquí no hay quien viva ocuparan ese espacio, en 1992, la clínica era conocida por un misterio sin resolver. La desaparición de Gloria Martínez, una joven paciente, dejó perplejos a todos los que conocían su caso. A pesar de las investigaciones, nunca se encontró una explicación convincente a su desaparición, convirtiendo este suceso en una leyenda que perdura en la memoria de aquellos interesados en el crimen real. El contraste entre la aparente diversión de los vecinos de Desengaño 21 y la tragedia que acecha en los muros de la clínica crea una atmósfera intrigante. La coincidencia entre ambos eventos, separados por años pero unidos por un mismo escenario, plantea interrogantes sobre si los creadores de la serie tenían conocimiento de la oscura historia que rodeaba el lugar. Hoy en día, la clínica ha sido transformada en un hogar de cuidados geriátricos, pero los recuerdos de aquel episodio siguen resonando en los pasillos, como un eco de un pasado que se niega a desaparecer.